lunes, 9 de abril de 2007

CAMINANTE


Caminas, nazareno, penitente,
encadenado al cuerpo todavía,
como un mar amarrado a la bahía
que quiere huir del hombre en el poniente.

La luz se ha descuidado, y de repente,
la noche ha destruido el mediodía,
la lluvia al sol, la pena a la alegría,
la cruz tu vida, el tiempo a su presente.

Y todo es porvenir, todo es futuro
en un instante de tu calendario.
El gesto de perdón en tu mirada.

Y aunque de pronto, el horizonte oscuro
ha clavado la noche en tu calvario
más allá del dolor no hay madrugada.

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